Gracias a los avances sanitarios, es posible conseguir prótesis dentales hechas con cerámica o porcelana y materiales como el composite y el zirconio. Todos ellos son muy resistentes, ofrecen apariencia natural y tienen una alta tasa de éxito entre los pacientes.

Las prótesis dentales elaboradas bajo estándares de buena calidad tienen una vida útil que puede extenderse hasta alcanzar los 10 años. Sin embargo, este período puede variar de paciente a paciente.

Entre los tipos de prótesis dentales se encuentran las opciones removibles (se pueden retirar), las fijas (están cementadas o atornilladas, no se quitan) y las combinadas (parte de la estructura es removible y parte queda fija).

La principal diferencia es que el implante es una pieza en forma de tornillo que va pegada al hueso bucofacial, mientras que la prótesis es la unidad o conjunto de unidades en forma de dientes o coronas que se ponen sobre el implante dental o ancladas a los dientes con una pieza metálica (prótesis removibles).

En casos en los que la prótesis va sujeta a los dientes se suele tallar las piezas dentales adyacentes para que el cuerpo artificial encaje sin dificultad. Sin embargo, existen opciones que no requieren tallado, como es el caso de las prótesis sobre implantes dentales.

Es posible que en algún momento notes que la prótesis se mueve; sin embargo, puede evitarse al aplicar adhesivo correctamente, hacer ajustes periódicos o escoger prótesis fijadas por tornillos o pegamentos dentales.